A pesar de los avances conquistados en derechos por las mujeres, los espacios públicos de las ciudades, siguen siendo mayoritariamente masculinos. Uno de los factores que dificultan la “irrupción” plena de las mujeres como ciudadanas en lo público, de la apropiación de estas en las diferentes escalas de territorios, son las violencias que se ejercen contra éstas en los espacios públicos, que disciplinan sus cuerpos y obturan la efectivización de derechos conquistados en los ámbitos políticos, económicos, sociales.

En la agenda política feminista, y en el marco del Derecho de las Mujeres a la Ciudad, las violencias son un tema central. Interseccionando territorios y violencias, a modo de dar cuenta de los impactos diferenciales de éstas en la vida de las mujeres y los obstáculos que suponen en el ejercicio de su ciudadanía.

La percepción de la violencia que tienen las mujeres está marcada por la violencia ejercida ancestralmente sobre el cuerpo sexuado y determina en gran medida cómo las mujeres viven los diferentes espacios, ya sean domésticos, comunitarios o públicos. Como señala Ana Falú (2009), las violencias que se ejercen tanto en los espacios públicos como aquellas que tienen lugar de puertas adentro avasallan los cuerpos de las mujeres. El cuerpo de las mujeres es el territorio que está en juego, para ser ocupado, concebido como mercancía apropiable, percibido como disponible; pero también como categoría política, como lugar para ejercer los derechos y resistir las violencias: el cuerpo como resistencia.

Un aspecto a tener en cuenta, es que el espacio público, las calles, las plazas, los lugares de recreación, particularmente en determinadas horas, pierden la vitalidad urbana potenciadora de las interrelaciones, de la socialización, del tejido social y del ejercicio de ciudadanía. Estas transformaciones y abandono de los espacios públicos de las ciudades afectan en particular a las mujeres, que viven el temor independientemente de su condición social o su situación residencial, porque en ellas el miedo precede o acompaña a las violencias. Aun así, las mujeres salen a trabajar, incluso recorriendo territorios que se tornan en trampas reales para su integridad, o percibidas como tales.

Se detallan a continuación los resultados de la Encuesta geolocalizada domiciliaria a mujeres «Percepciones de las Violencias en los Espacios Públicos en Río Cuarto y el conglomerado de Villa María y Villa Nueva” implementada durante el período noviembre/diciembre del año 2022, se realizó junto al Observatorio de Políticas Públicas del Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Villa María y en colaboración al Colegio de Profesionales en Servicio Social de la Provincia de Córdoba – Sede Río Cuarto. Estas encuestas se nutren de la extensa trayectoria de trabajo en este campo.